My sisters and brothers in Christ
“I finally got it,” I said to the wardens. “The Bishop’s letter has arrived and it is over. We are moving.” On Sunday, that letter was read. The silence was telling – but our sister Nkechi managed to raise our spirits by leading us into songs of praise. I was broken and was filled with so many hard questions. “Was it all for nothing that we worked so hard to build this multi-cultural community?” After the service, I stood alone, broken and wondering what to say to you all. For the first time, I felt like a failure. But then something happened – Pat and Anne approached me with the words, “Fr. John, if God wants us here, help will come from somewhere else.”
I thought these two women were in denial. One thing I knew, however, was that they were not under the influence –since we don’t give that much wine in the Eucharist. So what made them believe help was coming? I prayed for someone to win a lottery – it did not happen. Finally, I gave up. I comforted myself with the belief that people make the Church and not the buildings. But each time I walked into the church, I would ask, “Why did God allow this?”
Then the most dreaded day arrived – March 17, 2013. It was Bishop Tom Shaw’s visitation to the parish. Although I did not show it, fear was all over me. However, after reading the letter from the parish and listening to the wardens, the bishop finally spoke – “Looking at the diversity of people represented in this meeting, I don’t think we should sell this building. However, I need you to come up with a strategic plan about how you will sustain this ministry in Hyde Park.”
At first, I thought it was a dream. Then I remembered those faithful women’s words– “if God wants us here, help will come. “ And it surely came from unexpected sources – our own Bishop.
We surely share Mary’s reaction to the empty tomb. Like most of us, Mary didn’t believe that God had the power to bring new life from the tomb. She was looking for her master’s body and even the appearance of angels did little to calm her sorrows. Finally, the risen Lord called her name, “Mary”! Her fears were turned into joy! She finally stopped crying and went to tell others, “I have seen the Lord”!
Until March 17, 2013, we were all weeping at the possibility of losing our buildings. New Life has come but we must do what the Lord is asking us to do. Each one of us is a witness to God’s faithfulness. Indeed, “The strife is o’er, the battle done, the victory of life is won!” Our duty now is to begin working towards the new future –God’s future. Friends, we need every voice, every hand and every dollar to sustain this victory. We are children of the resurrection – our hope is rekindled! “The strife is o’er “- and our hard work begin! Alleluia! If you are not a pledging member, consider doing so!
In his Risen Life,
Rev. Canon Dr. Kapya John Kaoma
March 2013
Mis hermanas y hermanos en Cristo
“Por fin lo tengo aquí,” le dije a los guardias. “La carta del obispo ha llegado y todo se ha terminado. Nos tenemos que mover.” Ese domingo, la carta se leyó a la congragación. El silencio fue profundo – pero nuestra hermana Nkechi logro elevar nuestros espíritus guiándonos con canciones de alabanza. Yo todavía estaba lleno de preguntas difíciles. ¿”Todo fue en vano”? Hemos trabajado tan duro para construir esta comunidad multi-cultural!
Después del servicio, yo estaba solo, triste y sin saber qué decirles a todos ustedes. Por primera vez, me sentí como un fracaso. Pero entonces algo sucedió – Pat y Anne se me acercaron con estas palabras: “Padre, John, si Dios quiere que estemos aquí, la ayuda llegará desde algún otro lugar. ” Pensé que estas dos mujeres estaban en la negación. Una cosa que yo sabía, sin embargo, era que no estaban bajo la influencia, ya que no tomaron demasiado del vino durante la Eucaristía. Entonces, ¿qué les hizo creer a ellas que la ayuda vendrá? Yo recé para que alguien ganara la lotería – no sucedió. Finalmente, me di por vencido. Me consolé con la idea de que la gente son que forman la Iglesia y no los edificios. Pero cada vez que entraba en la iglesia, me preguntaba: “¿Por qué Dios permite que esto suceda?”
Entonces, el día más temido llegó – el 17 de marzo de 2013—la visita del Obispo Tom Shaw a la parroquia. Aunque no lo mostraba, el miedo estaba por encima de mí. Sin embargo, después de leer la carta de la parroquia y escuchar a los guardias, el obispo habló por fin – “En cuanto a la diversidad de las personas representadas en esta reunión, no creo que debamos vender este edificio. Sin embargo, necesito que vengas con un plan estratégico en cómo van a sostener este ministerio en Hyde Park. ”
Al principio, yo pensé que estaba soñando. Entonces me acordé de las palabras de esas mujeres fieles, “Si Dios quiere, la ayuda llegara”. “Pero seguramente esta ayuda provino de una fuente inesperada – nuestro propio Obispo.
Seguramente compartimos la reacción de María cuando ella experimento la tumba vacía de Jesús. Como la mayoría de nosotros, María no creía que Dios tenía el poder de traer una nueva vida a partir de la tumba. Estaba buscando el cuerpo de su querido e incluso la aparición de los ángeles hizo poco para calmar sus dolores. Finalmente, el resucitado Señor la llamó por nombre: “¡María!” Sus temores se convirtieron en alegría! Por fin dejó de llorar y salió a decírselo a los demás: “He visto al Señor!”
Hasta el 17 de marzo 2013, todos estábamos llorando ante la posibilidad de perder nuestros edificios de la iglesia. La Nueva Vida y oportunidad ha llegado pero tenemos que hacer lo que el Señor nos pide que hagamos. Cada uno de nosotros es un testimonio de la fidelidad de Dios. En efecto, “La lucha ha terminado, la batalla concluye, la victoria de la vida se gana!” Nuestro deber ahora es empezar a trabajar para el nuevo futuro—el futuro de Dios. Amigos, necesitamos cada voz, cada mano y cada dólar para sostener esta victoria. Somos hijos de la resurrección – la esperanza se enciende de nuevo! “La lucha ha terminado” – y comienza nuestro trabajo duro! ¡Aleluya! Si usted no es un miembro de promesas de contribuciones, considera la posibilidad de hacerlo!
En su Vida Resucitada
Rev. Canónigo Dr. John Kapya Kaoma
